Sinopsis
Pepa nació en Don Benito (Badajoz) y, bueno, ahí sigue la mujer. Es actriz, pero como a su pueblo no llegan los castings de Netflix sobrevive haciendo tupper sex para las vecinas, fiestas infantiles o enviando vídeos de felicitación imitando a famosos.
Pero su vida cambia el día en el que su manager, Eusebio Calvo Pulpillo, la llama para hacer una sustitución de última hora: tiene que fingir ante el público ser Deborah Letherman, prestigiosa “coach emocional” experta en relaciones humanas, que está a punto de hacer una ponencia. Pero como en el último momento se siente indispuesta, llaman a alguien con los reflejos, el acento de Minnesota y la caradura suficiente para dar el pego.
Y así es como Pepa se sube al escenario fingiendo ser quien no es y hablando de algo de lo que no tiene ni idea.
La cosa se complica, Pepa pierde los papeles (literalmente) y decide sincerarse con el público, pidiéndoles apoyo y guardar el secreto “pa que no me echen, que necesito el dinero”. Pero es que ella no sólo habla con el público, también habla con su conciencia (Elena Martín), con Michael Jackson y con el mismísimo Dios, que se acerca un momento al teatro para echarle una mano.
Así comienza un descacharrante viaje por las relaciones de amistad, de amor, laborales o familiares de la pobre Pepa, que parece que no da ni una. Claro, porque ella es “mocatriz”: modelo, cantante y actriz, y así se lo va a demostrar al público. Ay, lástima que no siempre salga bien.
De la mano, una vez más, de Salomón (Paramount Comedy, Corta el Cable Rojo…), también coautor de los anteriores monólogos de Beatriz “Mejor Viuda Que Mal Casada” y “Antes Muerta Que Convicta”, y arropada por las voces en off de maestros del humor como José Corbacho, Juan Luis Cano (Gomaespuma) y Elena Martín (Las Virtudes), se construye un divertidísimo monólogo en el que no faltan los gags a un ritmo trepidante, música, imitaciones, interacción con el público que será cómplice de Pepa, y hasta un momento para la reflexión que nos pondrá un nudo en la garganta.
Y es que Pepa no se rinde. Nunca. Quiere alcanzar sus metas y ser Rosalía. TRÁ-TRÁ.
Como ella misma dice “Tú corre detrás de tus sueños, si no los alcanzas por lo menos adelgazas”.
Tú quédate con Pepa, que ya se encarga ella de que merezca la pena.